Unir ha sido uno de los problemas básicos en la ingeniería mecánica de todos los tiempos. Cualquier utensilio, ingenio, artefacto, compuesto de más de un elemento debe solucionar su integración mediante algún tipo de unión. Es por ello que el roscado ha marcado la diferencia cuando de unir se trata. En este artículo te contamos un poco de la historia que han tenido las roscas y su importancia en las uniones.
Una gran solución: el roscado
Si no fuera por la invención genial de la rosca y de las máquinas que han permitido su fabricación a lo largo de la historia, las uniones no serían reversibles. Esto complicaría los procesos en largas longitudes.
Tan habitual se ha hecho el proceso del roscado, que casi pasa inadvertido. Es hoy por hoy uno de los elementos básicos de la industria manufacturera de todos los tiempos: la rosca y el roscado. En efecto, la mayor parte de los utensilios complejos con los que convivimos, muebles, electrodomésticos, vehículos, incorporan multitud de elementos roscados. Si nos detenemos a pensar, acciones como agujerear, cortar o clavar se nos antojan tan intuitivas que no nos sorprende que su origen se remonte a los albores de la humanidad. pero, ¿Cuándo aprendió el hombre a roscar?, ¿Cómo ha ido evolucionando el mecanizado de roscas a lo largo de la historia?,¿cómo eran las máquinas de roscar hace un siglo?
Los orígenes del roscado
Los primeros indicios de la existencia de útiles roscados se remontan a época prehistórica. Probablemente, el roscado tuvo su origen en las operaciones de taladrado con movimiento alternativo mediante cuerda.
La invención del tornillo se le atribuye a Arquitas de Tarento, un matemático griego seguidor de Pitágoras. En cuanto al vis-sin-fin, es conocida su invención por Arquímedes, y su uso para el bombeo de líquidos. Poco después, Apolonio de Perga desarrolló la teoría de la hélice espiral. Durante siglos, los enormes tornillos de madera fueron utilizados en las grandes prensas destinadas a la fabricación de vino o aceite. Sin embargo, la utilización de tornillos y tuercas, básicamente de madera, como elementos comunes de fijación no empezó a generalizarse hasta bien entrado el siglo XVI y su producción masiva no se inició hasta mediados del XIX.
Los primitivos tornillos y tuercas metálicos fueron obtenidos mediante un método muy ingenioso. Se enrollaba un alambre en espiral alrededor de una barra y forjando un material más blando en torno a él se obtenía una tuerca, la cual se utilizaba luego para roscar la barra, obteniéndose el tornillo.
Las evolución de las roscas
Hasta mediados del siglo XIX, cada fabricante utilizaba su propio sistema de rosca, con un perfil individual imposible de intercambiar con el empleado en cualquier otro taller.
Las roscas pueden fabricarse por medio de diferentes procesos de manufactura: mediante machos, cojinetes o terrajas (manualmente o a máquina), o mediante sistemas de roscado en torno, fresado o laminado.
Desde el siglo XVIII el torno paralelo ha sido utilizado para el roscado mediante la adecuada combinación del movimiento rotatorio de la pieza con el avance longitudinal de la herramienta.
El perfeccionamiento del roscado es imprescindible para que muchas empresas trabajen mejor. Es por ello que la precisión con la que se hacen las roscas, es muy importante. Como hemos visto en artículos anteriores existen varios métodos y en PGB, nos esforzamos todos los días para tener los mejores. Es por ello que podemos ofrecer un servicio de calidad a nuestros clientes. ¡Estamos a tus órdenes!
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